Cómo administrar límites en las salidas de nuestros adolescentes
Una de las tareas mas importantes de los padres para con los hijos es la de transmitir toda la información que ellos van necesitando de acuerdo a cada edad y a cada necesidad. Si tan sólo fuera cosa de transmitir información todo resultaría muy sencillo pero de lo que se trata es de educar, es de formar y para esto se requiere tiempo, atención y negociación. Dentro de este punto de negociación está la clave para una buena y efectiva manera de pasar junto a nuestros hijos adolescentes por esta etapa del desarrollo y salir con el resultado de una madurez aplicada.
La negociación es un proceso para resolver conflictos entre dos o mas personas que no se han podido poner de acuerdo o que quieren ponerse de acuerdo antes de que se presenten consecuencias indeseables. Es la mejor manera de evitar futuros conflictos y con nuestros hijos no es diferente. No podemos mantener ni un estilo permisivo, ni un estilo desinvolucrado, ni un estilo autocrático en la crianza y educación de nuestros hijos y entender que vamos a tener buenos resultados porque mas bien, las consecuencias que se obtienen con estos modelos son nefastas.
Aunque a todos nos parezca mentira, a los hijos les gustan los límites así sea para aceptarlos o para rechazarlos pero con los límites es que ellos van entendiendo el amor, el interés y el cuidado de los padres para con ellos. En la administración de los límites el papel de los padres es primordial y no puede ni debe ser delegado a profesores, familiares o amigos porque los límites son y serán indispensables para la formación de la construcción de la propia identidad.
Para poder otorgar permisos de salidas se hace importante saber y entender cómo deben ser administradas las normas y los límites para las salidas y en sentido general es necesario que la mismas sean:
• Razonables
• Pocas
• Deben concretar tipo de lugar, cuándo, cómo y hasta qué punto.
• Claras
• Con tiempo límite de cumplimiento
• Con establecimiento de consecuencias al incumplimiento del límite o los límites y normas.
Para llegar a estos puntos se hace primordial que el adolescente participe dando su opinión sobre el aspecto en que no esté de acuerdo. Es importante dejar que exprese su por qué y si no es algo que pueda ser contemplado por lo menos hacerle ver que lo tomaremos en consideración. En esto se basa la negociación, en llegar al punto donde los límites para permisos de salidas sean comprendidos y aceptados por ambas partes. Los padres debemos estar claros en que no se trata tan sólo de la educación de nuestros adolescentes sino de que la comunicación no se vea afectada y que la confianza de los hijos para los padres salga bien fortalecida. Negociar con nuestros adolescentes no es sinónimo de debilidad sino mas bien de madurez.
Como padres es bueno actualizarnos en los tiempos y necesidades y no pretender hacer una copia de cómo sucedió con nosotros, aún no haya sido efectivo. La mejor manera que podemos valorar si estamos en el camino correcto es en la autonomía que van adquiriendo nuestros hijos porque de eso se trata la crianza, de que en la etapa adulta nuestros hijos sean personas autónomas e independientes que exhiban conductas guiadas por la prudencia y el sentido común.