¿El coronavirus llegó para quedarse?

Probablemente, algunos de nosotros nos hayamos hecho esta pregunta ante informaciones como las que nos ofrecen la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), de que esta pandemia se está acelerando y que las medidas ofensivas no han resultado suficientes para combatirlo y mucho menos erradicarlo, pero aún se de el caso de que apliquemos al pie de la letra las recomendaciones para eliminar el virus, lo cierto es que los impactos colaterales quedarán impregnados en nuestra memoria y sobre todo, en nuestro inconsciente, lo cual condicionará muchas de nuestras acciones futuras de relación social, familiar y hacia nosotros mismos, solo por mencionar algunos.

Por lo antes expuesto, es que puede suceder que el coronavirus quede entre nosotros por siempre.  Muchas rutinas han cambiado, la manera de relacionarnos aún con los más cercanos ya no será la misma, nuestra economía tendrá un antes y un después aún sea en los casos donde resulte en beneficio, el concepto de higiene ya no corresponderá únicamente al sector salud y publicitario, sino que ya está incorporado de manera exagerada en nuestras vidas. Lo importante de todo, es quedarnos por siempre con el aprendizaje obtenido de esta experiencia para que los cambios provocados de manera involuntaria sean cambios que se ejerzan por voluntad propia y con total conciencia y responsabilidad.  Aquí les dejo algunos cambios de pensamiento que deberían quedarse con nosotros en nuestro diario vivir.

·         Que nada es permanente. Toda situación por buena o mala que sea, puede dar un cambio brusco así que, lo mejor es vivir cada día como si fuera el último.

·         Que lavarme las manos, ducharme una o dos veces al día, tener mi ambiente limpio e higienizado debe ser siempre, no por una situación amenazante.

·         Que todo se queda.  Hoy vemos como todas nuestras pertenencias pasan a no ser nada frente a la salud y la vida.

·         Que todos los seres humanos tenemos igualdad frente a la salida del sol, a la lluvia, etc., pero también a las adversidades como estas.

·         Que no pasa nada si dejo de trabajar un día para pasarlo en familia.  Ya nos hemos dado cuenta de que sí se puede.

·         Que el mejor tesoro que tenemos es tener nuestras vidas en Dios.

Si quieres agregar más beneficios que se quedarán con nosotros luego de esta experiencia, te motivo a que los escribas en los comentarios.